Para explicar por qué AF es una consultora de franquicias diferente, déjame contarte la historia de mi amigo Pablo el panadero.
Pablo tiene una panadería desde hace más de 25 años y sí, todo lo hace él.
Como no puede ser de otra manera, la gente del barrio lo adora y adora lo que hace… empezando por el olor de lo que hace.
Vale, pues resulta que Pablo se levanta cada mañana a las 4 de la madrugada (¿eso es por la mañana?) y trabaja hasta las 5 de la tarde que va a recoger a sus hijos al colegio. Luego, imagino, cae muerto. Y vuelta a empezar.
Así de lunes a domingo.
Cuando me comentó que quería franquiciar su negocio para crecer sin perder la salud, le recomendé una consultora de franquicias -yo todavía no era consultor, claro- y después de medio año, cuando encontró “hueco” les llamó para que le presupuestaran.
Aceptó el presupuesto y a los pocos días un chaval joven fue a la panadería de mi amigo y le hizo algunas preguntas sobre el negocio.
Pobre becario, intentando no resbalar con la harina y tomando notas detrás de Pablo que ora elaboraba nosequé, ora atendía a unos clientes, ora recibía a un proveedor…
El caso es que al cabo de tres meses o así, el mismo chico con pinta de vendedor de Tecnocasa, se presenta de nuevo en la panadería con unas carpetas gordísimas llenas de papeles.
¿Has visto alguna vez los presupuestos generales del Estado llegando al Congreso?
Pablo cogía cada carpeta haciendo pinza con las muñecas, ya que tenía los dedos manchados de lo que se me antoja una mezcla entre harina, crema y hojaldre.
Nuestro joven amigo se esforzaba por explicarle a Pablo el contenido de cada carpeta – no fuera que pensara que no se lo habían currado -. Pero Pablo no creo que estuviera escuchando.
El caso es que esas carpetas, hoy, siguen criando polvo en un cajón de la panadería. Casi 15 años después.
Pablo nunca me dijo la barbaridad que pagó en su día por ese montón de folios, pero sospecho que la cifra debió ser de las que te congelan la sangre.
Fin de la cita
Gonzalo Juliani – Consultor de Franquicias Freelance
Yo soy un consultor de franquicias que trabaja por su cuenta, es decir: trabajo generalmente solo, casi siempre desde mi casa, mi coche tiene más de 16 años, el traje lo saco cuando tengo una boda y todo el trabajo lo hago yo directamente.
Lo reconozco dentro de este mundo de las grandes consultoras de franquicias, con sus ejércitos de becarios y sus edificios acristalados, me siento un bastardo fuera de lugar. Una cosa rara.
Yo garantizo resultados porque elijo a mis clientes y soy sincero. No todos los negocios pueden franquiciar. Esto me obliga a descartar bastantes clientes al año y, créeme, tendría mucho más dinero en mi banco si no fuera tan estricto con este tema.
Además, solo trabajo con una marca por sector. Esto hace que apueste por esa marca como si fuera mía, sin hacerla competir con otra que hace lo mismo – mejor o peor- dentro de mi mismo porfolio.
En resumen, mis servicios son más personalizados (más dedicados si se quiere) pero más asequibles que los de mi competencia.
Contratarme quizá no tenga tanto glamour porque no vendo imagen de corporación y no tengo unos costes fijos que deban pagar mis clientes.
Ahora bien, llevo desde el año 1998 trabajando en las franquicias y con las franquicias. Como consultor de franquicias llevo desde el año 2015 y me siento muy afortunado y orgulloso de los clientes que han confiado en mí y en mi trabajo.
Una última aclaración. He dicho que mis servicios son más asequibles que los de mi competencia, pero eso no significa que franquiciar un negocio sea barato. No lo es ni de lejos.
Para franquiciar tu negocio debes invertir bastante, no tanto en mis servicios, pero sí – y mucho – en tu propia marca.
Servicios para franquiciar un negocio: Mándame un WhatsApp y me cuentas para ver si podemos trabajar juntos.